Para un aficionado a la fotografía formado en la era digital, la marca “Tri-X” posiblemente le sonará a producto audiovisual de la industria pornográfica. Pero para los fotógrafos de la generación nacida hacia 1950, bastará la mención de las tres equis para que sus mentes viajen de vuelta hasta los años 70’ y 80’del siglo pasado, a dos décadas repletas de acontecimientos históricos y cambios sociales para el continente europeo. Años en los que la fotografía documental en blanco y negro pugnaba por mantener un peso específico en la prensa escrita, pero que también buscaba su propio espacio mediante los libros “de autor” y las exposiciones fotográficas.