Como consecuencia del terremoto y tsunami japonés de 2011, muchas fotos de familiares y de seres queridos se mezclaron con el resto de los escombros, se perdieron y se destruyeron. Becci Manson, fotógrafa y retocadora, junto con voluntarios locales y con un grupo de colegas de todo el mundo que ella reclutó por internet, ayudó a limpiarlas, a retocarlas y a devolver esos recuerdos a sus propietarios.
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