En la primera entrada de este artículo realizamos una aproximación al formato digital y a las tipologías de formatos gráficos que existen. En esta entrada estudiaremos los formatos digitales que pueden resultar más interesantes como máster de conservación en un centro documental que gestione fotografías.
RAW
En realidad no es un formato, se trataría más bien de un formato de formatos ya que existen cientos de RAW diferentes en base a cada marca (Nikon tiene su NEF, Canon su CR2, Olympus su ORF...).
El RAW contiene la totalidad de los datos de la imagen tal y como se han captado en el sensor sin ningún tipo de pérdida. En este sentido, es un archivo muy útil para el fotógrafo profesional ya que al contar con toda la información de la toma, las posibilidades de revelado son mucho mayores. Por ello, también se le conoce con el nombre de negativo digital. Asimismo es menos pesado que un TIFF.
Su problema radica en que son formatos propietarios que requieren del software del fabricante para poder revelar o convertirlo a otros formatos (1). En este sentido, existen ciertos obstáculos relacionados con las patentes y la compatibilidad. Además, su uso está muy restringido al ámbito del creador de imágenes y sus especificaciones tampoco son publicadas.
El RAW es poco interesante para un centro de carácter patrimonial pero puede interesar, al fotógrafo profesional y también a agencias de diseño, publicidad, comunicación corporativa que tenga su propio equipo de revelado digital y que necesiten disponer de la máxima información de la imagen para poder realizar correctamente su trabajo.
En todo caso, el RAW privativo es desaconsejable y siempre es conveniente optar por alternativas más abiertas como el DNG por ejemplo.
JFIF (JPEG File Interchange Format)
Es un formato creado por el Joint Photographic Experts Group (JPEG) con la única voluntad de servir “para el intercambio de los flujos de datos JPEG en diferentes plataformas y aplicaciones” (2).
Usa un sistema de compresión JPEG, normalmente con pérdida y su subtipo habitual y el más compatible, es el JPEG secuencial. No admite capas ni canales alfa y puede llegar a ofrecer niveles de compresión muy altos. El subtipo JPEG sin pérdidas soporta una profundidad de hasta 16 bites pero, por norma general, el JFIF solo admite 8 bites.
Es uno de los formatos más utilizados en Internet, hasta el punto de haberse convertido en estándar de facto en la red. Esto junto al hecho de que tenga sus especificaciones publicadas, esté libre de patentes y sea altamente compatible pueden hacerlo atractivo como formato máster. Sin embargo, no es aconsejable debido a que “normalmente trabaja con compresión y soporta un conjunto limitado de espacios de color” (3). Tampoco es útil para la edición porque cada vez que lo abrimos, modificamos el original y volvemos a guardarlo realizamos una nueva compresión que degrada la imagen.
Es un formato ágil y ligero ideal para agencias de comunicación o empresas que necesiten trabajar con sus imágenes a contrarreloj. Su poco peso y su amplia compatibilidad facilitan una visualización y un intercambio rápido. A nivel patrimonial puede ser útil como copia de consulta (aunque aquí entra en directa rivalidad con el PNG).
TIFF (Tagged-Image File Format)
Formato creado en 1986 por Aldus y Microsoft pero posteriormente pasó a ser propiedad de Adobe. La última revisión es la 6.0, del año 1992.
Está especialmente pensado para la descripción, el almacenamiento y el intercambio. Ofrece un sistema de compresión opcional y en el caso de aplicarse puede ser con pérdidas o sin pérdidas. Entre sus subtipos hay que destacar el TIFF_UNC (el básico sin compresión), el TIFF_LZW (con una compresión LZW) y el DNG que, debido a su importancia, trataremos de forma individual a continuación.
Soporta profundidades de color altas, de 16 bites. También tolera capas y canales alfa. Es muy interesante porque a pesar de ser propiedad de Adobe es un formato de libre uso, tiene sus especificaciones publicadas y es compatible con la mayoría de aplicaciones y es estándar de facto ampliamente utilizado. Además, usa etiquetas variables y extensibles que contienen metadatos, permite una gran calidad de imagen y es perfecto para la impresión. El TIFF es un formato ambicioso que está “diseñado para ser extensible con el fin de adaptarse a la evolución tecnológica” (4) Por todo ello, actualmente, es la opción más razonable como formato máster en el ámbito patrimonial.
Su handicap es su peso. Es un fichero pesado que ocupa mucha memoria y es muy poco ágil. Esto impide su aplicación en la red y dificulta el intercambio en entornos online. Por ello, para ganar agilidad, los archivos usan copias de consulta, archivos electrónicos en baja resolución, preferentemente en JPEG o en PNG, que son la avanzadilla en toda consulta y permiten salvaguardar el original en perfecto estado. Otro problema derivado de su peso es que ocupa un gran espacio y cuando estamos tratando con archivos con fondos de 50.000 imágenes y creciendo, el espacio representa un coste económico elevado.
DNG (Digital Negative)
Es el intento de estándar para los archivos tipo RAW por parte de la empresa Adobe. David Iglésias lo define como “formato para el almacenamiento y el intercambio de imágenes RAW de cámara” (5).
Se basa en el formato TIFF básico pero incorpora metadatos que permiten conservar la información directa del sensor. Es decir, es un subtipo TIFF que posee una estructura TIFF pero permite trabajar como si fuese un RAW ya que mantiene intacta la imagen original, el bruto.
Es un formato atractivo para el fotógrafo profesional y agencias de diseño con voluntad de preservación a largo plazo. Es ideal para conservar la colección privada de un fotógrafo profesional.
JPEG2000
Formato creado por el Joint Photographic Experts Group en el año 2000 con la voluntad de ser un estándar y desbancar a los formatos con compresión JPEG.
Es interesante porque es capaz soportar diferentes resoluciones en un solo fichero. A nivel de gestión y a nivel de espacio, esto es una gran ventaja. Además, posee una gran calidad y ocupa mucho menos (cuatro veces menos que un RAW y ocho menos que un TIFF). Su compresión que puede ser con o sin pérdidas tiene mejores ratios porque no trabaja de forma secuencial (baseline) sino que comprime por wavelets (Discreta Wavelet DWT), con frecuencias mediante ondas lo que permite una pérdida menor de detalle. Igualmente, el JPEG2000 es capaz de soportar metadatos extensibles en XML e información IPTC y esto garantiza su adaptación. Además posee equivalencias con Dublin Core, dispone de especificaciones publicadas, soporta profundidades de 16 bites, capas, canales alfa y está aprobado como estándar. Por todo ello podemos afirmar que el JPEG2000 puede ser un rival respecto al TIFF, al RAW y al JFIF como fichero master del archivo de preservación.
Wavelet CDF 5/3 usada para compresión sin pérdidas. |
El JPEG2000 tiene, sin embargo, sus inconvenientes. De momento, el tiempo de codificación y descodificación es demasiado lento. Este hecho es el que parece que, ha impedido su adopción por parte de la industria de las cámaras digitales y de algunos navegadores que todavía no lo soportan. Otra de las razones es la complejidad interpretativa que existe respecto las patentes de software. Se considera un estándar libre de patentes pero es un tema que no está del todo claro ya que las licencias se asocian a los diferentes codificaciones. Sin embargo, su compatibilidad es un aspecto que se está solucionando y hoy en día es interpretado por la mayor parte del programario de edición de imagen. También es un formato que está en constante evolución y mejora.
Hay instituciones fiables y de prestigio que ya han apostado por el JPEG2000. Es el caso de la Harvard University Library (HUL) que ya ha realizado una interesante experiencia de migración automatizada de TIFF a JPEG2000 con un éxito casi total, de un 99% (los errores se debieron al codec y se pudieron solucionar).
Conclusión
En conclusión, la elección de nuestro máster digital dependerá directamente del entorno y de los fines de la colección e institución (preservación, conservación, difusión rápida,...).
En un entorno patrimonial se suele conservar en TIFF_UNC por las razones mencionadas. En cambio en algunas agencias de prensa no quieren oír hablar de TIFF porque requieren agilidad y rapidez para intercambiarse archivos, crear noticias, procesar y visualizar rápidamente fotografías. Por otro lado, para un profesional del estudio y del reportaje lo que le interesa es el RAW porque tiene un peso mucho menor al TIFF y conserva toda la información de la imagen tal y como se han captado en el sensor CCD o CMOS. Aquí también es interesante el DNG de Adobe por su voluntad de estándar y también el JPEG2000 ya que soporta diferentes resoluciones en un solo fichero, ocupa menos, soporta metadatos extensibles en XML y información IPTC y otros aspectos interesantes. La elección de nuestro máster digital estará condicionada por los objetivos del archivo, sus recursos materiales y humanos y el tipo de fondo (cantidad, tipología, función, uso y difusión).
Notas
(1) Existe la posibilidad de transformarlos con convertidores como el Adobe DNG y de hecho, actualmente, muchos fotógrafos profesionales han incorporado a su flujo de trabajo la conversión de sus RAW privativos a otras iniciativas de carácter más abierto, como el DNG.
(2) Iglésias Franch, David. La fotografía digital en los archivos: qué es y como se trata. Gijón: Trea, 2008, p. 42.
(3) Ibid., p. 43.
(4) Ibid., p. 39.
(5) Ibid., p. 40.
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