Uno de los elementos clave a tener en cuenta en un archivo fotográfico
es la gestión de color. Para llevar a cabo una buena gestión del color
es importante fijar un flujo de trabajo en base a los intereses del
archivo.
Modelos de color digital
Existen dos modelos para mostrar los colores que componen una imagen
digital: el RGB y el CMYK. En el RGB o sistema aditivo, los colores se
forman a través de la suma de los tres colores primarios (rojo, verde y
azul). Éste tipo es el que vemos en las pantallas de nuestros
ordenadores. Por otro lado en el CMYK o sistema sustractivo, los colores
se conforman a partir de la mezcla de filtros, tintas o colores de
cuatricromía: el cyan, el magenta, el amarillo y el negro. Se denomina
sustractivo porque se forma a través de la sustracción de luz. Es el
modelo que usan la mayor parte de las impresoras y el que se suele
utilizar en las imprentas.
La representación de estos dos modelos de color depende directamente del
hardware usado. Los mismos valores de un píxel pueden representar
colores diferentes en función del dispositivo. Con la gestión de color
se pretende homogeneizar la interpretación del color dotando de
significado específico a los números RGB y CMYK.
Perfiles de color
Serían el conjunto de datos que relacionan los valores RGB o CMYK con
los valores de los modelos de color independientes de dispositivos,
modelos basados en la representación matemática del modelo perceptual de
color humano y más en concreto, en los modelos que derivan del CIE
(modelo matemático independiente y objetivo que define los colores en
base a al sistema humano de percepción).
Diagrama cromático xy de CIE 1931 mostrando el espectro del espacio
Adobe RGB y situación de los colores primarios.
Los perfiles pueden describir dispositivos concretos o espacios de color abstracto de carácter independiente de dispositivos, como el Adobe RGB (1998). En el primer caso, se describe la gama de un dispositivo en términos de espacio absoluto de color. Los perfiles limitan la representación del color a la gama del dispositivo. Aquí, es importante destacar la creación de unos perfiles estándar por parte del ICC (International Color Consortium), perfiles pensados para la descripción de gamas de cámaras, escáneres, monitores e impresoras. En segundo lugar, los perfiles de color abstracto son independientes de dispositivos y las gamas descritas pueden ser más o menos amplias en función del uso.
En el ámbito del archivo de carácter patrimonial es común el uso de los
perfiles abstractos y especialmente del Adobe RGB (1998). Desarrollado
por Adobe para reproducciones CMYK desde RGB, este perfil es interesante
por su amplia gama y porque puede llegar a representar hasta el 50% del
espacio CIE Lab. Admite codificaciones de 8, 12 y 16 bites. Suele
usarse en la creación de másteres digitales y es un formato óptimo para la
captura y la impresión. En un protocolo de ingreso el Adobe RGB (1998)
puede considerarse una buena opción como espacio de color.
sRGB
Por otro lado, en el ámbito online se suele utilizar sRGB, un perfil desarrollado por Hewlett-Packard
y Microsoft con voluntad de convertirse en estándar. Sin embargo, su
escasa y limitada gama de color y el hecho de únicamente soportar 24
bits no le auguran un gran futuro. Es un perfil más pensado para la
visualización en pantalla y la difusión web.
Existen muchos más perfiles abstractos (e-sRGB, ROMM RGB, RIMM RGB,
ProPhoto, Photo YCC,...) que pueden resultar interesantes para
determinados objetivos. Al final, lo importante es establecer un claro
flujo de trabajo, fijando protocolos de ingreso, perfiles de tratamiento
y conservación y perfiles de salida en función del tipo de uso (1).
Calibración
Finalmente, para garantizar una buena gestión de color hemos de tener
nuestro equipo (escáner, monitor, cámara e impresora) perfectamente
calibrado. Para ello existe un software específico y un hardware que
permiten llevar a cabo una correcta calibración. Una vez estabilizado, es
conveniente realizar un seguimiento y revisar los dispositivos de manera
periódica.
(1) Iglésias Franch, David. La fotografía digital en los archivos: qué es y como se trata. Gijón: Trea, 2008, p. 52-59.
No hay comentarios:
Publicar un comentario